martes, septiembre 27, 2005

cada nivel de evolución y de conciencia habrá ciertas aproximaciones propias de cada uno de los niveles. Un gran maestro con decallones de vidas, señor de 21 galaxias y gran fuente de luz, decía…. Y yo lo sigo buscando.

Aquí, en nuestro planeta podemos encontrar respuestas a través de la razón, de la emoción y el sentimiento y de la conciencia. Este último es el mejor sendero. Allí no hay especulación, no hay análisis, comparaciones ni síntesis. Simplemente es un “caer en la cuenta”, total, evidente, real e inenarrable que se vivencia en “el sentir”. Es la experiencia que revela en la meditación y en otros estados sublimes de inefable intuición. Es el entendedor, la unidad con esa esencia que es Todo y Nada a la vez.
El otro camino es la razón que es más limitada.
Con su ayuda podemos entender a Dios como la esencia ultima de todas las esencias. Podríamos describir a Dios como “el que Es”, el único que Es. El ser que incluye en si “el ser y el no ser”.

En nuestra especulación racional que necesita dividir en conceptos opuestos lo indiviso para entender, digamos que Dios es inmanifiesto en un valor absoluto que no admite cuantificación ni calificación y en un valor relativo y manifiesto donde es la fuente de la creación en un eterno presente sin espacio. Difícil de entender, verdad? Es lógico, el instrumento racional es muy elemental para describir lo supremo. La razón como mecanismo de adaptación, con la información que le llega por los sentidos es idóneo para captar el medio ambiente cercano y material. Pero cuando salimos del estrecho rango sensorial y de la tercera dimensión, nos confundimos. Qué decir entonces cuando queremos entender racionalmente a Dios que habita todas las dimensiones?

La tercera vía es a través de la emoción y el sentimiento. Es el camino del miedo, la tristeza, el afecto, la ilusión, la fantasía y el fanatismo.
Es el sendero más contaminado, menos objetivo y desafortunadamente el más socorrido de busca a Dios.

Como moraleja de todo ello, elevemos nuestra vibración para que, en la medida que nos corresponde en esta franja evolutiva, disfrutemos del mas sublime conocimiento de Dios, a través de la conciencia.

Qué relación existe entre Dios y la energía, la luz y la fuerza?
Ese aspecto de Dios que hemos llamado “El manifiesto creador” es la verdad que se expresa en primer termino como la Fuerza. Esta es la esencia del universo.
Es nuestra manera de entender, la Fuerza está compuesta por dos polaridades que interactúan entre si en un primigenio Yin y Yang. El Yin se llama la luz que es el principio divino del espíritu y la conciencia y el Yang es la energía, fuente del cuerpo y de la mente. La energía tiende a la pluralidad y la multiplicidad y la luz tiende a la unidad.

La energía es la madre del universo material y la luz es quien le da la vida a ese universo.

La luz es la madre del amor y la energía la del egoísmo que es su opuesto.
El amor entonces unifica e integra a cada sistema, haciéndolo individual en si e independiente del exterior al que con autonomía y desapego, aporta.

Al contrario el egoísmo separa y fragmenta del sistema dentro de si, lo hace débil y permeable a la invasión del medio exterior al cual se ata y se apega. Cuando prima el egoísmo el sistema se hace contaminado y colectivo, cuando prima el amor se es un estado fuerte y capaz de dar.

La energía no podría existir sin la luz que es la que le imprime el orden para que construya y se perpetúe.

Así pues, el nivel de evolución lo define la intensidad de luz absorbida por la energía, en otras palabras la fuerza del ser.

La acción es la cualidad esencial de la energía. Ella trae el movimiento en los tiempos y los espacios.

Cuando la acción es producida por un ser cuya energía es débil en su luz, aparece una degradación de dicha energía llamada entropía que se manifiesta por el calor. Es el desorden de la acción que por el estrés, deja unas huellas o “quemazones” contaminantes del sistema y por ende debilitantes de su fuerza.

El ser se vuelve dependiente, atado y apegado a los sostenes externos del entorno: se convierte en una rémora que se frena y frena a los demás con quienes se interrelaciona. Allí es la involución.

Qué importante que al leer este mensaje, saques de tu ser las conclusiones que te llevarán a manifestarte ante tu entorno, en ti mismo, y ante el retorno a los universos macros donde es nuestro origen y existen la Energía, la Luz y la Fuerza que son la esencia de Dios.

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